domingo, 8 de septiembre de 2024

Perder el Alma (8-El órgano de la iglesia-2da parte)

 

Después del sermón de una hora, Fidel y Martina consiguieron que Susan saliera de esa cueva que había armado en el galpón cerca del ombú. La niña estaba algo inquieta pero no lloraba; el capricho de Susan superaba todo razonamiento lógico. Ya era casi de noche. Ayudados por un farol de gas, lograron llevarla a la casa. Sus fobias no la dejaban dar un paso: temblaba, sentía el corazón a mil y no podía articular palabra.

Susan se acurrucó al lado del fuego junto a la cocina de leña con Alma en los brazos. La apretujaba demasiado, y la niña parecía querer librarse de esa tortura.

−Ve a descansar, Hortensia. Yo me ocuparé de Alma. No tengas miedo. ¿Dónde quieres que vaya a estas horas de la noche en medio del campo?

Una luz potente iluminó la ventana y Susan huyó de nuevo.

−¡Es Aníbal! –gritó Fidel

Susan, más tranquila, se fue al cuarto y se recostó. Tenía que hacer algo. No podía quedarse allí porque esos hombres volverían… Pero, ¿dónde iba a ir sin un peso?

Aníbal con la mirada diferente, cabizbajo, y con el doble de años encima, se sentó y fumó un cigarrillo. El humo lo envolvió en aquella niebla y despertó la ira de Martina.

−¡No quiero que fumes! ¡Es malo! Ahora acá vive una criatura.

−Hortensia se la robó a los Ferrer. En el pueblo se comenta… −respondió Aníbal con indiferencia.

−Yo sabía –comentó don Fidel−. Por algo se escondía tanto.

−¡No es cierto! –gritó Susan quien había escuchado todo−. ¡Con qué derecho tú te atreves a hablar de mí! ¡Eres mi hermano pero para mí un desconocido! Y mis padres te soportan porque llevas su sangre. Nada más. Tú no quieres a nadie, sólo a ti mismo. ¡Vago!

Aníbal apagó el cigarrillo en un cenicero grande que había sobre la mesa con hule de plástico floreado y se fue a guardar el auto en el galpón. No dijo nada porque no le interesaba su familia. Él tenía otros proyectos y si Susan había robado una niña por venganza, despecho o resentimiento, a Aníbal no le importaba en lo más mínimo.

Susan tenía los nervios destrozados.

−¡Qué hijos raros que tenemos, Fidel!

−La pobreza los fue modelando a su antojo. Yo tengo la culpa.

−Siempre hablas de lo mismo. La pobreza cuando es digna muestra sus verdaderos valores. Recuerda a tu padre, Juan.

−Sí, pero los tiempos cambiaron. Ahora todos quieren tener lo mismo, ser iguales y aparentar lo que en realidad no son ante una sociedad marginal.

−Nunca serán todos iguales porque el esfuerzo y el trabajo es lo que te diferencia de miles de personas que, con voluntad, intentan progresar. Algunos buscan lo fácil, pero el camino no es por ahí.

Fidel siempre se echaba la culpa de no haber podido darles a sus hijos un porvenir mejor. Era luchador como Juan, su padre, pero lo poco que tenía lo había heredado. Y así se quedó, en una cómoda posición. Susan tuvo que ir a trabajar de mucama porque no quiso estudiar, y Aníbal dejó la carrera de abogacía porque le dio un colapso. Fue un sacudón que alteró un poco sus facultades. El estrés de los ´70 lo mareó y terminó agotado física y mentalmente. Quizá, le pasó otra cosa. Nadie lo interrogaba porque él no volvió a hablar del tema.

Cuando regresó de guardar el auto en el galpón se sentó a comer algo que le sirvió Martina, igual que un chico al que hay que atender. Egoísta y dependiente. Ya era un hombre de más de cuarenta años.

−¿Cómo es eso de que Susan robó la niña?

−Lo dicen por ahí… −respondió sin levantar la vista del plato.

−¡Contesta bien!

−Bueno… ¡A mí qué me importa! Yo no necesito de nadie y menos de Hortensia. Por mí que robe un orfanato entero si quiere tener un hijo.

−Te desconozco, Aníbal. Ella es tu hermana.

−¡Ahora se acuerda! ¡Estuvo toda su vida detrás de los Ferrer copiándoles sus manías de ricos hipócritas! Quizá, hizo bien en quitarles algo. Seguro que le pagaban una miseria.

−¡Qué envidia, hijo! ¡Qué triste!

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PERDER EL ALMA
______________Madre hay una sola, Hija, La luz de mis ojos, Santas, Los años 70, El virus, La venganza.



Hasta acá llego con los capítulos de "Perder el Alma" que sería la continuación de "La trama del Adiós", aunque se pueden leer separadas ambas novelas. Gracias por acompañar, por las valoraciones en amazon. Son tan importantes!!!
Mil gracias.


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