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La última mujer (Cap II Los vigías. cuarta parte)

 



           ‒El barco de los ricos mafiosos está por zarpar‒dijo uno.

‒¿Cuándo?

‒Mañana.

‒Bueno sería tratar de desvalijar a alguno de esos desgraciados que viven todo el día de fiesta y fumando cigarros importados.

‒Las mujeres llevan collares caros que les regalan los amantes de turno.

‒Hay que tener cuidado porque la zona suele estar vigilada.

Alan escuchó, de lejos, esas conversaciones y la sangre se le convirtió en fuego dentro del cuerpo.

¿Por qué algunos tenían tanto y otros nada? Porque trabajaban y luchaban por superarse, le diría seguramente su abuelo. Ésa era pura teoría y llevaba demasiado tiempo. Él tendría que conseguir la maleta de Mark lo más rápido posible, pero las horas no pasaban y la ansiedad lo consumía…



Se fue para la residencia de Mark con la intención de buscar alguna noticia reciente. No podía pedirle más, pero sí observar sus movimientos. Se acercó a la reja y vio que el ambiente estaba tranquilo. Los perros ovejeros se hallaban atados en el patio trasero y la puerta del jardín se encontraba abierta. Se sentía incompleto, con un afán corrosivo de ladrón que arremete contra la víctima más inocente porque sabía que la oportunidad se le presentaba casi regalada y a sus pies. No podía desaprovecharla.

Se asomó al cuarto de Mark sigiloso como asesino serial pero no vio a nadie. Lejos, se escuchaba a Violet que estaba cantando. Sobre la cama de su abuelo había un abrigo liviano, un sombrero de fieltro y dos maletas: una de ellas era el baúl que, según el anciano, contenía el tesoro.

Alan sintió un escalofrío de ultratumba al comprobar que su abuelo se llevaría el botín a bordo. ¡No podía ser verdad! ¡Maldición! No sabía qué hacer ni qué pensar. El plan se le desbarató en menos de un minuto y la ilusión de apoderarse del dinero ya no podía ser posible.

‒Tramposo‒dijo por lo bajo‒. Ingrato.

‒¡Joven Alan!‒escuchó de repente. Era Violet que lo descubrió espiando por las ventanas‒. ¿Necesita algo? ¿Por qué no entra a la casa y se despide de su abuelo que mañana parte de excursión?

‒No, me emocionan las despedidas.

‒Oh… No diga eso que acá no se va a morir nadie. Es por unos días que se va. No sea tan sensible. Es un niño, usted. ¡Tan tierno!‒comentó Violet con cierto candor.

‒Gracias, soy muy sentimental.

‒Bueno, si le hace mal yo le digo que usted vino a despedirse y que le dejó un abrazo.

‒Sí, mejor‒respondió Alan y escapó perturbado por sus mentiras del jardín de Mark con las ambiciones destrozadas.

‒Pobre Alan, parece tan desvalido‒murmuró Violet frente al sol que le tocaba la sien como augurio de días encantadores y positivos para todos.

*
LA ÚLTIMA MUJER
1912. TITANIC

La última mujer (Cap II Los vigías-tercera parte)


 

‒A veces me siento tan sola aunque esté contigo‒comentó Rebeca en voz baja mientras doblaba la chaqueta que iba a usar al día siguiente.

‒¿Por qué, amor?

‒No sé. Eres tan callado. No me cuentas lo que sientes, si sufres o no, si estás feliz o te abruma esta convivencia. Si te aburres conmigo.

‒Estoy bien.

‒No parece.

‒Dejemos de hacer planteos y pensemos en los hermosos días que nos esperan frente al mar. ¿No es maravilloso?

‒Sí. Trataré de disfrutar mucho de este viaje inolvidable.

Por otro lado, Carl y Amy Bramson debatían los pormenores de aquella travesía con alegría. Tenían que buscar a la mamá de Amy para que se ocupara de la casa y de los niños mientras ellos estuvieran ausentes. Ése era todo un tema.

‒Doy mi palabra de honor que va a aceptar‒dijo Amy ante las dudas de Carl porque la buena señora era muy independiente y no le gustaba estar muchas horas de niñera.

‒Podríamos llamar, en todo caso, a mi mamá que es tan amorosa y le encanta venir de visita, jugar y entretener a nuestros hijos.

‒¡Ya nos vamos a pelear de nuevo!‒gritó Amy‒. Sabes que como mi adorada madre no hay otra.

‒¡Las mujeres! ‒exclamó Carl cansado de hablar de las suegras.

La conversación, casi frívola, no se empañó en ningún momento por un mal augurio. Ellos, a pesar de ser muy amigos de Rebeca y el esposo, no sabían de la enfermedad. El matrimonio Cooper-Taylor lo mantenía en secreto porque no quería que la gente mirara a Rebeca con compasión ya que era tan joven. Esa cruz no podía cargarla, era doble, y la quebraba…

Para salir de los atajos hay que estar bien de espíritu.

Rebeca eso lo sabía muy bien. Se necesitaba fuerza y valor, tener el alma pura de sentimientos negativos y soñar con aquello que podría ser posible: la sanación.

‒Yo creo que después de esta hermosa experiencia, Rebeca va a quedar embarazada‒comentó Amy.

‒Puede ser.

‒¡Sí que eres corto de palabra! Ay… sí. Sería maravilloso. A ese matrimonio le falta un niño.

Carl se quedó cavilando unos instantes. Le sorprendían las palabras de Amy y también lo tranquilizaban.

‒Un hijo es una bendición y Dios sabe cuál es el momento indicado para enviarlo. No hay que tener demasiadas expectativas.

‒Yo la adoro a mi amiga Rebeca y pienso que ahora es su momento. Ella lo desea, lo sé desde siempre.

 

 


Alan merodeaba por la ciudad buscando cómplices. Había algo extraño en esas sensaciones, algo perturbador que resultaba a la vez absurdo y antagónico. Se sentía más cruel y en su interior aparecía un deseo obstinado, la fluidez de imágenes desordenadas que pasaban por su memoria como el agua en un molino; sentía que lo sujetaban todas las ataduras de una prisión y también una libertad desmedida que le invadía 
el alma. En el soplo de su vida, se veía perverso igual que un esclavo vendido a algún demonio innato. Estaba embriagado por el deseo de posesión y eso lo llevaba a cometer actos impropios.

Caminó por un callejón lleno de perros y tachos, con grandes lagunas de agua estancada y verde. Allí conocía a algunos amigos de esos que suelen caminar por rutas oscuras.

‒El barco de los ricos mafiosos está por zarpar ‒dijo uno.

**

La última mujer
La última cena


Quiero saber de ti...

 




          −Me siento tan infantil.

−No –murmuró Paula y le dio un abrazo. Lo veía tan entregado que le daba inmensa ternura. Ese amor que sentía por Hellen era tan intocable y puro que seguramente le duraría toda la vida. La había idealizado demasiado, transformándola en un ser lejano a lo terrenal, una especie de ángel sin vida propia que besaba con labios fríos. La mujer estampa que aparecía y se ocultaba dejando amor en sus ojos azules, plegarias en sus manos, y la inocencia cargada de letanías. Era la misma bandera, una gaviota, el fervor, la mirada, el triste viaje. ¿Dónde? Nadie lo sabía. Leonor se encargaría de averiguarlo si podía, pero eso significaba esperar y Facundo tenía demasiada ansiedad. La impaciencia que tendría que sepultar bajo tierra porque la vida estaba por venir y ese pasado era sólo eso: ceniza.

Hellen, escribe... Guerra de Malvinas-1982       https://amzn.eu/d/4DW6eFo
Novela basada en hechos reales
EL AMOR EN LA GUERRA
¿Y después?
DOS MUJERES, UN DESTINO

A Facundo Cruz le tocó ir a la guerra, sin tiempo para imaginar lo que podía ser el campo de batalla. Era un joven, casi un niño, que no sabía manejar un arma, pero que lo hizo con valentía y entrega como todos y cada uno de los soldados argentinos.


En ese ambiente hostil, por un capricho del destino, conoció a Hellen Pusset, una kelper inglesa, que no había podido escapar de los combates. Ella tenía cinco hijos que vivían la tragedia y la aventura de no saber cuál sería su futuro.
Facundo se enamoró de Hellen y vivieron un amor platónico, entre las balas y a merced de quienes tenían la última palabra.
Cuando terminó la contienda se separaron…

Y llegó: la soledad y la marginación, la ausencia de oportunidades, la indiferencia, el poder y la ausencia del mismo, los desenlaces… El adiós de los compañeros.

Facundo se casó con otra mujer, pero ese pasado lo condenó a las sombras y arrastró su matrimonio a conflictos que duraron veinte años. Él seguía pensando en Hellen y en cómo encontrarla después de tanto tiempo. No sabía dónde buscarla, pero tenía la convicción de que la volvería a ver para revivir la bella historia de amor.

Marianela, su esposa, también fue parte de la realidad que no supo o no pudo manejar. Pero dejó un mensaje, a su manera, de cómo se lucha, se vive y se ama, a la par de un ex combatiente.

Cuando volver a casa se transforma en otra guerra...

Su propio infierno o su propio cielo

 


Hoy vivimos cargados de miedos, demasiadas piedras sobre la espalda tenemos que sostener. La humanidad en crisis nos obliga a armar una burbuja para evadirnos, de alguna manera, de esa realidad. Me pasa. En Argentina estamos al borde de... siempre al borde del abismo, siempre crispados y dolorosamente tristes. Pero no somos los únicos; el mundo está deshumanizado.


Los miedos de Manuela eran otros.
A la distancia, parecen pueriles. Ella, la mujer que yo conocí, vivía entre salmos y rezos, flores y consejos que traía desde un pasado añejo, el de sus padres. Ella no había crecido y tenía dos hijas que educar, pero no sabía cómo hacerlo.

Siempre dispersa, pensando en sus tortas de limón, no reparaba que sus hijas necesitaban libertad.
Yo la tenía, mi madre era distinta.
Aquellas niñas presas de las angustias de su madre crecieron diferente: una obediente y sumisa, la otra rebelde y extrovertida.

El destino se encargó de llevarlas por el camino equivocado... y Manuela también.

Gracias por apoyar mi libro después de tanto tiempo de publicado (2017)

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EL SILENCIOSO GRITO DE MANUELA (libro plagiado en amazon)
ETERNAMENTE MANUELA

Si desean descargar la novela click en este enlace👇👇

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En mi libro "El hombre solo" cuento la historia de un personaje que, creyendo que eran los otros los que hacían de su vida un infierno, huyó a las regiones más recónditas de una montaña. Notó, sin embargo, que aun en su aislamiento completo y absoluto la angustia y la amargura seguían atormentando su mente. Después de muchas reflexiones, llegó a la conclusión de que él era su propio infierno o su propio cielo. 

L.Trevisan

La trama del adiós. Las ofensas, el abandono... los justos

 


Mi libro "La Novia. ¿Ella regresó por amor?" Ha cambiado de título y para ello lo tuve que publicar de nuevo.

Nunca estuve conforme, me parecía un título demasiado común y que no decía nada; de todas maneras siempre me cuesta muchísimo encontrar el nombre del libro más que escribirlo...

Ahora se llama: "La trama del adiós" y tiene una segunda parte que está esperando la resolución de un jurado. Si no pasa nada, como siempre, la subiré a amazon porque es la continuación de esta historia, aunque se puede leer de manera independiente.

El enlace es otro



Posicionado en el top 100 del Premio Literario de Amazon 2017

REALISMO MÁGICO DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA.

"HAY DOLORES QUE SE EXPRESAN CALLANDO"
E.GALEANO

Salvador Ferrer se sentía agobiado por una familia demandante que reclamaba a toda hora dinero, salidas, viajes. Se había casado con una mujer que no amaba. Él era un hombre que le gustaba vivir bien pero creía que en su alma se libraban demasiadas batallas. Se llevaba mal con toda su familia:

Dolores, su esposa, era fría y calculadora; su hijo mayor Roberto tenía problemas con las adicciones, Mía era rebelde. El único que calmaba sus ansiedades y temores era Guillermo, el más pequeño.

Un día, Salvador Ferrer apareció muerto.
Dicen... que se quiso suicidar.
Su esposa y su hijo mayor trataron de ocultar el hecho y entonces comenzó para ellos la verdadera tortura existencial. Un camino impredecible de misterios, reproches, intrigas y reclamos, como si alguien quisiera cobrar alguna deuda antigua.

Todos, de a poco, fueron pagando por esa muerte injusta. ¿Quién mató a Salvador Ferrer? ¿Su esposa, su hijo...?

----------------------Reseñas y 21 valoraciones

De Verónica Calvo (España)

Luján Fraix es de estas escritoras que tiene un mundo propio y por lo tanto, su propio estilo.
La Novia nos adentra en una historia familiar con personajes bien construidos que llevan su propio peso dentro del clan y la sociedad.
Creencias, intereses, pasados,rencores, intereses, mentiras... todo esto se destapa con crudeza cuando un hecho luctuoso sacude los cimientos de esta familia. Pero, ¿quien es esa mujer vestida de novia?...
Fraix desarrolla esta novela con lenguaje cercano y nos sitúa en un escenario cotidiano donde los personajes cargan su propio infierno.
El estilo de esta novela es cercano al teatral por la presentación de escenas y diálogos, lo cual agiliza la trama pues sitúa directamente en el foco de la escena. Es el sello personal de la autora.
En mi opinión, entretenida y bien escrita.

💙

De Maite Lorenzo (España)

En la vida nos encontramos hechos que son inexplicables, pero tienen una razón de ser.
El protagonista de la novela se mueve en una ambivalencia que le atormenta, y es porque vive entre
personajes con valores muy dispares. Y él es consciente de lo bueno y lo malo que le rodea.
Muy bien narrada; la autora maneja con maestría la descripción de los personajes.
Leeré más escritos por Luján