Estos lugares paradisíacos
me traen añoranzas de historias compartidas
junto a portales novelados
donde algún amor dibujaba sus mensajes
en cada pétalo.
y nos sentábamos a esperar...
LA VIDA.
Ese sendero era un camino nuevo
hacia lo inesperado,
hacia el futuro tan feliz que deseábamos,
hacia la dicha plena.
Por las noches
nos convertíamos en
"La Bella Durmiente"