martes, 23 de junio de 2020

Un laberinto de símbolos… Un laberinto de tiempo invisible. (Jorge L. Borges)







Ella sabía que no podía hacerlo y se abandonaba a las horas que se consumían como velas rojas.
Sus hijos eran tesoros que debía cuidar de las inclemencias de la vida; sin embargo, los abandonaba para caer por el abismo de las tisanas, los licores de sal y las estampas milenarias.

El miedo paraliza...
La guerra contra él era solamente una pantomima, un dibujo, entendía que no iba a ganarle nunca.

Y aparecía el destino que manejaba los hilos de la vida: primaveras y estíos marcando su compás de espera. 


¿Qué hará cuando llegue la noche sin perfumes ni letras... sin hijos?

¿Cómo olvidar la furia cuando nos adormece la calma?

De----El silencioso GRITO DE MANUELA


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MANUELA, UNA MUJER REAL


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