Vivir a la sombra de los demás a MANUELA le resultaba fácil y cómodo. Su carácter esquivo y sus rasgos de niña la transformaban en una discípula de sus propios fantasmas.
Entre paradojas, no supo educar a sus hijas:
Rocío murió cuando era pequeña.
Encarnación: enérgica, impulsiva e inadaptada en una sociedad prejuiciosa y teatral, falleció a los veintiún años dejando un hijo.
Letizia: dócil, sensible, ajustada a las convenciones sociales y a los reclamos absurdos de los padres, nunca pudo crecer lo suficiente como para afrontar un destino demasiado hostil.
Ella era el reflejo de la madre, su espejo.
Una novela psicológica, realista, espiritual, donde los personajes luchan por alcanzar la LIBERTAD a fuerza de huidas, reproches, caminos equivocados, soledad, alegrías, rutinas...
VIVIR A LA SOMBRA es quedarse detenida en el tiempo, sin nada que ofrecer, con un bagaje de recuerdos apilados en algún arcón tejido por sus telarañas.
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