Walt Disney sabía en dónde poner el ojo. El castillo de la famosa película LA BELLA DURMIENTE está inspirado nada más y nada menos que en el castillo de Neuschwanstein, que es hoy uno de los principales atractivos turísticos de Alemania.
Fue construido por Luis II de Baviera en 1866 y es parte de la famosa Ruta de los Castillos, una carretera de curvas y contracurvas montañosas que atraviesa toda Alemania y que merece ser visitada.
Desde el camino se pueden ver los castillos imponentes y atravesar ciudades medievales. Luego de mil kilómetros de magia se cruza la frontera hacia República Checa y se llega a un final más que prometedor; la fantástica ciudad de Praga.
En invierno
cubierto de nieve
se ve mágico.