Amanda Clark |
Desde tiempos ancestrales,
el poder de la luna
fue invocada en los rituales
femeninos de sanación.
La luna
es el principio original femenino,
claro, sensitivo, intuitivo, circular,
ligado a la naturaleza y lo natural
en todos sus procesos.
Bajo su dominio
se encuentra todo lo relacionado
con la fertilidad, el parto y la concepción,
el movimiento de las mareas,
el crecimiento de las plantas.
En los Andes,
la diosa de la luna
era llamada en voz quechua "Quilla Mama",
guardiana y protectora
del aspecto femenino.
Las llamadas sacerdotisas
o guardianas eran las grandes sanadoras
y mujeres sabias.
Las niñas en los círculos y rituales
de sanación aprendían de las abuelas sabias
quienes a través del poder de la luna
le transmitían los secretos de las plantas,
la medicina, la fuerza de lo invisible
y el poder de la intuición.