Lizzie Mack
En la nochebuena,
cuando todos los niños permanecían dormidos,
yo solía esperar a "El Niño Dios" despierta...
A mi mamá le daba lástima
cuando miraba por las ventanas
diciendo que había escuchado ruidos...
Mi primer regalo fue una muñeca de mi misma estatura
que me regaló mi papá.
Recuerdo que, detrás de un sillón, escondida,
le corté el flequillo creyendo que le crecería...
Luego lloré mucho
cuando me di cuenta de que la había arruinado.
Aquellas ilusiones que viví
en Nochebuena por aquellos años
fueron como el principio de las cosas,
el génesis,
como ver a Dios.
Luján Fraix